Para quienes no lo saben, soy activista socio-ambiental y defensora de los seres sintientes que habitamos el planeta Tierra. Hoy, en un grupo, alguien decía: «MENOS ACTIVISMO Y MÁS ACCIÓN». Imagino que es por desconocimiento y es por esto que quiero compartirles que el activismo se refiere a la participación en acciones directas para promover cambios sociales, políticos, ambientales o económicos. El origen del término «activismo» se remonta al siglo XIX, cuando se utilizó por primera vez para describir la participación activa en asuntos políticos y sociales. A lo largo de los años, el activismo ha evolucionado para abarcar una amplia gama de causas y movimientos, desde los derechos civiles y la justicia social hasta la protección del medio ambiente y la promoción de la igualdad de género.
El activismo puede adoptar muchas formas, como protestas, marchas, peticiones, campañas de concienciación, boicots y acciones legales. A menudo implica la movilización de personas que comparten una causa común y buscan influir en las políticas o prácticas existentes.
En resumen, el activismo ha pasado de ser un término utilizado para describir la participación política a convertirse en un movimiento global que abarca una amplia gama de causas y preocupaciones sociales. Su significado y evolución están estrechamente ligados al cambio social y al deseo de crear un mundo más justo y sostenible para todos.
El activismo ambiental ha logrado resultados significativos en diversas ocasiones. Por mencionar algunos ejemplos que, según Greenpeace, son victorias del movimiento ambiental:
- El 14 de agosto, un grupo de 16 jóvenes de entre 5 y 22 años de Montana, Estados Unidos, ganaron la demanda judicial en la que argumentaron que el estado violó su derecho a un «ambiente limpio y saludable» al promover el uso de combustibles fósiles.
- La Corte Ambiental de Kenia falló a favor de la protección de los bosques tras escuchar la petición de Greenpeace África, firmada por casi 40 mil personas, que pedía al presidente William Ruto que no levantara la prohibición de la tala en el país.
- Greenpeace del Sudeste Asiático obtuvo su primera victoria en la campaña Heatwave (Ola de Calor). Después de meses de pedir la implementación de un plan de acción contra las olas de calor, la Autoridad de Gestión de Desastres de Delhi aceptó la propuesta y decidió avanzar en su aprobación.
- Del mismo modo, el activismo contra la tala de árboles en la selva amazónica ha llevado a un mayor escrutinio y regulación de la deforestación en la región.
Además, el activismo ha contribuido a la creación de leyes y regulaciones ambientales más estrictas en muchos países, así como a la protección de áreas naturales y especies en peligro de extinción.
Estos son solo algunos ejemplos, pero el activismo ambiental ha demostrado ser una fuerza poderosa para generar cambios positivos en el cuidado del medio ambiente.
Por:
Carolina Vargas Nieto
Valledupar,
febrero de 2024
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